Translate

martes, 2 de diciembre de 2014

"PADENTRO"


Hay días en los que, simplemente, no apetece hacer NADA; ni salir, ni leer, ni hacer ejercicio, ni ver a nadie... Sólo dejar que pasen las horas sin demasiada consciencia y regodearte en pensamientos que van y vienen. Pensamientos sobre lo que es posible que te estés perdiendo, o sobre lo monótono de la vida, o sobre lo injusto de algunas de tus vivencias... Cualquiera diría al oír esto, que esa situación es la antesala de una depresión o una visión muy lastimera de un domingo por la tarde. Incluso habrá quien opine que hay que evitar este tipo de momentazos haciendo algo: yendo al gym, al cine u ordenando un armario.., Podría ser. Pero es el día de "no me apetece hacer nada". Y  nada usado como el término que aglutina la idea de toda actividad que requiera esfuerzo, fuerza de voluntad o energía, sea de la clase que sea. Yo he bautizado a esas  jornadas como "padentro".
Y, francamente, creo que no es preocupante tomarse un día así. Igual hasta resulta bueno e interesante, aunque sea por pura casualidad  -porque hoy no te apetece hacer nada, recuerdas?- Pararse y revisar cómo está tu alma: qué sientes, qué quieres, qué te falta o qué te sobra. Es un ejercicio de auto-observación para, con suerte, entender por qué y para qué estás en el punto en el que te encuentras y a dónde quieres ir; o si realmente quieres llegar a alguna parte, porque puede que sencillamente quieras permanecer exactamente en la coordenada en la que estás: en ese cruce de caminos entre lo que deseas, lo que hay, lo que has sido, lo que te enseñaron, lo que has aprendido, lo que no comprendes, ... Aunque, por otra parte, no creo que sea el mejor de los días para tomar decisiones que impliquen grandes cambios. Es decir, que puede que sea un buen día para decidir, al menos desde la determinación, que vas a dejar de comer tanto chocolate, o que vas a caminar más cada día, o que tienes que renovar los utensilios de la cocina, o que vas a quedarte con un par de bolis que realmente pinten en tu mesa de trabajo y que el resto va a ir al reciclaje como poco (se reciclan los bolis?, supongo que sí, pero

habrá que separarlos por partes...). Es decir, que en uno de estos días de introspección no tomes decisiones de envergadura ni de difícil retorno; a saber: no decidas nada sobre casarte, divorciarte o cambiar de trabajo; o por lo menos, no lo pregones a los cuatro vientos, porque lo más probable es que te esté dando un aire -o una cornucopia de vendavales- y mañana, de día y con el sol -que aunque no lo veas, porque además parece que hay un contubernio climático contra ti y amanece engullido por una borrasca, el sol, está- y entonces, decía, seguro que consigues ver con más claridad el horizonte. Y aunque eso -la claridad en el horizonte- no es garantía de que tengas otra opinión sobre tu consumo de chocolate, tus compañer@s de trabajo o tu estado civil, la decisión tomada de forma más fría y pausada ayudará, si no a la ausencia total de errores, al menos sí a una valoración tipo pedrea, es decir,  más aproximada al éxito. Pero, nunca-nunca, si este día de "padentro"  te pilla en laborable; NO VAYAS A LA PELUQUERÍA!!!, porque como poco van a ser de tres a seis meses de condena estilística.

1 comentario: