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miércoles, 29 de enero de 2014

mira-mira; no me-no me;que te-que te...

Andaba yo, o mejor, esperaba en una sala pensada para ello -para la espera-; y cuando se guarda vez en un espacio así, hay poco que hacer salvo permanecer en la zona pacientemente. Si hay algo que no falta en una buena saladespera que se precie, son las revistas. Así que llegas, saludas educadamente, y te sientas, dispuesta a esperar lo que sea necesario, que para eso estás en la sala en cuestión. Una vez que te has quitado el abrigo y lo has acomodado en la silla vacía de al lado,  o sobre tus rodillas, y que has ubicado debidamente el bolso, el paso siguiente es echar un ojo a la mesita contenedora de las revistas; más o menos ordenadas, más o menos nuevas -las revistas- .El tipo de material de entretenimiento para el desarrollo de la paciencia -la espera- suele ser parecido en todas partes: revistas del cuore, algún ejemplar de alguna publicación pseudocientífica y divulgativa, alguna dedicada al motor, otras de decoración -que bien podrían clasificarse como ciencia-ficción, porque ya me dirás quién tiene esas casas con ventanales inmensos que sirven de entrada al salón desde la piscina-infinity que fluye hacia un espectacular acantilado sobre el mar ...- pero vale!; también hay revistas de decoración y, naturalmente, la omnipresente revista femenina. 
Y fue una de esas publicaciones la que cogí para pasar el rato hasta que me llegara mi turno. Es verdad que no tuve que esperar mucho -cosa que se agradece y que debería estar grabado a fuego en la Misión y la Visión de algunos establecimientos, consultas y de más lugares donde hay que acudir previa cita; yo llego a tiempo, tú me recibes a tiempo, y todo el mundo contento- bueno, pero ese es otro tema; que me desoriento. Decía que me quedé con una revista femenina, y que me dio tiempo a leer en ella  una entrevista a Naty Abascal, otrora musa de modistos y diseñadores de fama mundial, modelo de pasarela,  noble por casamiento y petardona inconmensurable. La EX total (exmodelo, exmusa, exnoble) ha publicado -no me atrevo a decir "escrito"- un glosario en formato libro en el que,  según ella misma afirma, ayuda a las mujeres a vestirse para cada ocasión, define qué tipo de lencería  es im-pres-cin-di-ble tener y sienta cátedra sobre lo que es elegante y lo que no. 
Personalmente, me parece todo un atrevimiento y una osadía afirmar que tal o cual cosa ES bonita o fea, ... sea un coche, unos zapatos, una película, o una canción. Me podrá gustar o no, pero en cualquier caso es mi opinión. Mía -sí- pero sólo una opinión que como, insisto, es mía, me vale a mí. 
Pero claramente la señora Abascal se guía por otros parámetros, y seguro que tiene hasta su twiter para decir cosas como que las gabardinas deben llevarse anudadas -que no abotonadas- que los leggins son una atrocidad y que no hay nada más despreciable que una falda vaquera por encima de la rodilla... Claro que me tranquilicé mucho -uuuuuh- cuando leí que considera que el total-look (ir toda vestida de armanis-versaches-diores y compañía) es demodé, y que la moda low-cost ha aligerado muchííííííísimo la presión sobre la indumentaria femenina... Pero lo que me ha dado la calllllllma totalllllll es saber que cede ropa "informal y preciosa a los pobres".
Hala! báilala! Ups!!! no!!! mejor no, que puede que te despeines, y eso, seguro que no es nada cool


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