Translate

lunes, 25 de octubre de 2010

Y yo con estos pelos!!!!



Una de mis mejores amigas, y habitual "consejera" de este klinklineo, me contaba hace poco lo difícil que resulta realizar algunos cambios a pesar del empeño que, me asegura, ha puesto en el nuevo reto: encontrar una peluquería que cumpliera con sus expectativas, ¿¿!!??!!?? Efectivamente, a mí también me pareció de lo más superficial -no puede ser tan difícil encontrar una adecuada a los gustos y necesidades- pensaba yo. Sin embargo, y al ver tan afectada a mi amiga por este asunto -su raíz tenía ya el tamaño del Canal de la Mancha- decidí apoyarle de forma activa. Así que me sumé a la búsqueda de un lugar adecuado y que reuniera las condiciones que ella requería: precio razonable que no suponga un descalabro del presupuesto mensual, buenos productos garantes de que no vas a tener un "nanas" por melena, horario continuo para poder acordar citas satisfactorias y - aquí viene cuando le matan- que resulte im-po-si-ble ser vista por los transeúntes , desde la calle, con la cabeza llena de platas, rulos, cataplasmas coloreadas y el maquillaje recortado a la altura de las cejas por efecto de los lavados.
De cada 10 peluquerías, 9 están situadas a pie de calle, y de esas nueve, 8 tienen sendas cristaleras que muestran a su clientela como si se tratase de un anuncio de antesydespués, mostrando con toda crudeza el aspecto espeluznante que conlleva el proceso de reelaboración del tan necesario color/cortar/peinar.

Vivimos un momento en el que la exhibición es total: las prendas llevan los logos de sus creadores en lugares destacables e incluso se convierten en el motivo principal del diseño de la prenda o el complemento en cuestión, no eres nadie si no tienes media docena de perfiles en otras tantas redes sociales y para estar siempre on-line y no perder ritmo en el baile del ver y ser visto, hay que llevar encima toda la tecnología del mundomundial:-i-pad, -i-phone, i-yoquésequémás. Y ahora , para colmo y desesperación de mi amiga, resulta más que complicado disfrutar de momentos personalísimos de reconversión de imagen porque algún gurú del interiorismo ha decidido que hay que mostrarlo todo y a todos. En los países nórdicos, las ventanas de las casas se abren al vecindario sin ningún pudor, con ventanales enormes, desprovistos de cortinas, visillos o persianas; alguien me comentó que la razón es aprovechar la escasa luz solar de que disfrutan; también he oído que se trata de una costumbre desprendida de una especie de conflicto pseudoreligioso - luteranismo vs catolicismo-, donde los primeros dejan que las miradas ajenas puedan colarse hasta la cocina, porque no tienen nada que esconder, en contraposición a los segundos -según los primeros, naturalmente-, que se protegen, en nombre de la discreción, porque en realidad ocultan sórdidos secretos que no pueden ser descubiertos.... Sea como fuere, en el norte de Europa también hace sol, y yo reivindico mi derecho a la privacidad , a no ser expuesta y elegir guardarme de ojos que no quiero que me vean, también en la peluquería, porque yo lo valgo!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario