Una de las situaciones más gráficas, es lo que pasa con las relaciones de pareja. Aquel chico encantador, que era el de-fi-ni-ti-vo hombre de tu vida, pasado el tiempo puede convertirse en el hombre que, con idéntica determinación, no quieres en ella. NOTA: este planteamiento,ella/él, es reversible -que no quiero yo herir susceptibilidades- fin de la NOTA . El caso es que decides que no hay más cera que la que arde, que el cuento se terminó, que el nivel de saturación es tan alto que no quieres volverle a ver ni en pintura, y que bla bla bla......hasta que alguien te cuenta que se lleva estupendamente con sus EX, tal vez no con todos, pero sí con alguno.
¿Es posible mantener una relación sana, libre de trampas, después de haber compartido tanta intimidad? ¿Es posible, después de la desilusión que llevó al final? ¿Es posible, después de descubrir las cosas de la trastienda, esas que no se muestran en el cortejo?
Al parecer la clave del asunto está en dos cuestiones fundamentales; a saber:
1) que la ruptura no haya sido consecuencia de ninguna clase de traición, tipo cómopudistehacermestoamí, y 2) que la persona que pasa al rango de EX, te caiga bien, aunque como pareja no sea lo que tú anhelas.
Si la cosa termina con unos cuernos dignos de los sanfermines, o con lanzamiento de objetos, o con reproches variados -pongamos por caso-, dicen las voces cualificadas, que la restauración de una relación -asexuada, naturalmente- con tu EX tiene escasísimas, por no decir nulas, probabilidades. Sin embargo, si el cese de la convivencia, como llaman los cortesanos a las separaciones, -o sin convivencia, pero cese, a fin de cuentas- no llega sobrevenido por una exhibición de traiciones que abochornarían al mismísimo Judas Iscariote, si no simplemente porque lacosanofunciona, el asunto varía; tanto, que una tarde de café o cine con el destronado de tu corazón puede resultar de lo más agradable. A fin de cuentas, ese EX es alguien en quien un día te fijaste, confiaste y apreciaste. Y salvando la práctica del sexo, ¿qué otra cosa es un amigo/amiga, si no alguien en quien te has fijado, confías y quieres? Voy a hacer una llamada......
¿Es posible mantener una relación sana, libre de trampas, después de haber compartido tanta intimidad? ¿Es posible, después de la desilusión que llevó al final? ¿Es posible, después de descubrir las cosas de la trastienda, esas que no se muestran en el cortejo?
Al parecer la clave del asunto está en dos cuestiones fundamentales; a saber:
1) que la ruptura no haya sido consecuencia de ninguna clase de traición, tipo cómopudistehacermestoamí, y 2) que la persona que pasa al rango de EX, te caiga bien, aunque como pareja no sea lo que tú anhelas.
Si la cosa termina con unos cuernos dignos de los sanfermines, o con lanzamiento de objetos, o con reproches variados -pongamos por caso-, dicen las voces cualificadas, que la restauración de una relación -asexuada, naturalmente- con tu EX tiene escasísimas, por no decir nulas, probabilidades. Sin embargo, si el cese de la convivencia, como llaman los cortesanos a las separaciones, -o sin convivencia, pero cese, a fin de cuentas- no llega sobrevenido por una exhibición de traiciones que abochornarían al mismísimo Judas Iscariote, si no simplemente porque lacosanofunciona, el asunto varía; tanto, que una tarde de café o cine con el destronado de tu corazón puede resultar de lo más agradable. A fin de cuentas, ese EX es alguien en quien un día te fijaste, confiaste y apreciaste. Y salvando la práctica del sexo, ¿qué otra cosa es un amigo/amiga, si no alguien en quien te has fijado, confías y quieres? Voy a hacer una llamada......
No hay comentarios:
Publicar un comentario