Hace poco me han contado una historia de no-amor. Algo así como lo que podía haber sido y no fue, en virtud de los perjuicios, las costumbres , y lo "normal".
Escenario: conciertazo de rock en paraje preciosísimo. Los protagonistas andan más cerca de los cuarenta que otra cosa. Buena noche, musica -claro!!!, que estamos en un concierto!!!-. Chica y chico se conocen, se caen bien, bailan, charlan - a voces- y se divierten. Intercambio del teléfonos y una quedada en días posteriores.
Nuevo escenario; una terracita, al final de la tarde, .... ya no es necesario hablar a gritos; se oyen perfectamente y la conversación es fluida. Uno de los temas elegidos es el siempre recurrente signo del zodiaco y con él la fecha del cumpleaños, y ahí , a la "prota" femenina de nuestra historia es cuando le atacan todos los males del universo en un solo golpe: el tío fantástico que tiene sentado a su lado, es menor, 5 primaveras menos para ser exactas. Es un hombre linteligente, listo, atento, con el que se ríe, que le escucha y al que le gusta escuchar PERO todo es inútil!!!; es más jóven y.... a dónde va ella con un "jovenzuelo" al que saca "tantos" años de diferencia?!?!?!. De pronto lo ve como a su hermano pequeño. Lo ve imaduro. Lo ve inapropiado. Lo ve.......... guapísimo y encantador, pero se sigue resistiendo a quedar más veces.
Mis padres tenían un "matrimonio-amigo"en cuyo binomio, él era siete años menor que ella. Esto, naturalmente no era vox polpuli, y fue una confesión tras años de amistad interfamilias, como si fuera un delito tipificado en el código penal, un "pecado mortal", una falta irreparable o una ofensa a nosesabequién, que ella fuera mayor que él. Y en mi generación, parece que la cosa sigue parecido. Ni a ellos -ni a ellas-, les gusta la diferencia, al alza, en femenino. Parece como si existiera una norma no escrita en la que se estipula que ÉL debe ser más mayor, debe ser más alto, debe ser más listo. ÉL, en esa norma estúpida, debe tener mejor trabajo, mejores ingresos, mejor coche. ÉL, en esa norma castrante, debe ser más duro, más racional, el lider!!!!
En contraposición, menos escrito aún, pero igual de interiorizado, nosotras debemos ser MENOS: menos altas, menos listas, menos duras, menos cultas, menos racionales, menos adineradas, menos independientes, menos hábiles, menos capaces...., menos-menos-menos, por eso debemos permanecer en el rol de seguidoras-del-lider.
Podría parecer que en esta ecuación, solo la incógnita X pierde, pero no es cierto, porque perdemos todas y todos. Ellos pierden, les hacen perder, la capacidad de expresar lo que realmente sienten. Y sienten muchas cosas: emoción, amor, miedo, dudas, alegría, tristeza....., pero no puden -no deben- contarlo porque los chicos no lloran. Así que se les "orienta"-aunque mejor habría que decir que se les desorienta- hacia el éxito social/material como única meta -trabajo, dinero, y cochequetecagas- aderezado con pivón. Y para ello se les entrena en la prohibición de sentir, reir, llorar, temer, dudar, ser padres a tiempo completo, trabajar media jornada, tener un coche pequeño ..... y así un largo etc.
A nosotras se nos "guía" hacia la docilidad, la flexibilidad, la empatía, la dedicación a la familia, anterponer los deseos y necesidades de los demás a las propias, y como colofón, un señor al lado que nos rescate de la dureza de la vida. Y se convierten en valores en alza, lo que para ellos son a la baja: llorar, temer, dudar, ser madres a tiempo completo, trabajar media jornada, tener un coche pequeño.....
Tener el trabajo ideal, una cuenta correinte saneada, un casa maravillosa, una sólida formación..... son cosas que no tienen género. Amar, odiar, reir, llorar...... tampoco lo tienen. Sería fantástico conseguir escapar de todos estos modelos, y dejárnos guiar sólo por el corazón con independencia de la edad/status del partener. Y aunque en algunas ocasiones se hace, solo ocurre cuando el conjunto creado es considerado estrafalario pero en grado socialmente aceptable; me explico: ÉL te saca 20 años VS ELLA es 20 años menor que tú, el argumento está claro: el amor no tiene edad. Pero qué pasa cuando la diferencia -de edad, de status, de condición- no se ajusta a lo "correcto" o lo "normal"??? Dejaremos escapar la ocasión de ser felices, aunque no sea por siempre jamás, por el qué dirán??? Permitiremos que sean "los otros" -sin tener muy claro quiénes componen ese despiadado grupo- los que decidan qué nos conviene, qué nos va bien, quíen debe querernos y a quién debemos amar???
Si me lo permites, te propongo algo: no preguntes la edad!!! No dejes que te digan su fecha de nacimiento!!! NO hasta que tengas claro si te has enamorado o no. Tal vez así consigas decidir por tí misma y solo para tí: si te hace reír, si te diviertes, si te emocionas,......... por dios, no preguntes la edad!!!
Escenario: conciertazo de rock en paraje preciosísimo. Los protagonistas andan más cerca de los cuarenta que otra cosa. Buena noche, musica -claro!!!, que estamos en un concierto!!!-. Chica y chico se conocen, se caen bien, bailan, charlan - a voces- y se divierten. Intercambio del teléfonos y una quedada en días posteriores.
Nuevo escenario; una terracita, al final de la tarde, .... ya no es necesario hablar a gritos; se oyen perfectamente y la conversación es fluida. Uno de los temas elegidos es el siempre recurrente signo del zodiaco y con él la fecha del cumpleaños, y ahí , a la "prota" femenina de nuestra historia es cuando le atacan todos los males del universo en un solo golpe: el tío fantástico que tiene sentado a su lado, es menor, 5 primaveras menos para ser exactas. Es un hombre linteligente, listo, atento, con el que se ríe, que le escucha y al que le gusta escuchar PERO todo es inútil!!!; es más jóven y.... a dónde va ella con un "jovenzuelo" al que saca "tantos" años de diferencia?!?!?!. De pronto lo ve como a su hermano pequeño. Lo ve imaduro. Lo ve inapropiado. Lo ve.......... guapísimo y encantador, pero se sigue resistiendo a quedar más veces.
Mis padres tenían un "matrimonio-amigo"en cuyo binomio, él era siete años menor que ella. Esto, naturalmente no era vox polpuli, y fue una confesión tras años de amistad interfamilias, como si fuera un delito tipificado en el código penal, un "pecado mortal", una falta irreparable o una ofensa a nosesabequién, que ella fuera mayor que él. Y en mi generación, parece que la cosa sigue parecido. Ni a ellos -ni a ellas-, les gusta la diferencia, al alza, en femenino. Parece como si existiera una norma no escrita en la que se estipula que ÉL debe ser más mayor, debe ser más alto, debe ser más listo. ÉL, en esa norma estúpida, debe tener mejor trabajo, mejores ingresos, mejor coche. ÉL, en esa norma castrante, debe ser más duro, más racional, el lider!!!!
En contraposición, menos escrito aún, pero igual de interiorizado, nosotras debemos ser MENOS: menos altas, menos listas, menos duras, menos cultas, menos racionales, menos adineradas, menos independientes, menos hábiles, menos capaces...., menos-menos-menos, por eso debemos permanecer en el rol de seguidoras-del-lider.
Podría parecer que en esta ecuación, solo la incógnita X pierde, pero no es cierto, porque perdemos todas y todos. Ellos pierden, les hacen perder, la capacidad de expresar lo que realmente sienten. Y sienten muchas cosas: emoción, amor, miedo, dudas, alegría, tristeza....., pero no puden -no deben- contarlo porque los chicos no lloran. Así que se les "orienta"-aunque mejor habría que decir que se les desorienta- hacia el éxito social/material como única meta -trabajo, dinero, y cochequetecagas- aderezado con pivón. Y para ello se les entrena en la prohibición de sentir, reir, llorar, temer, dudar, ser padres a tiempo completo, trabajar media jornada, tener un coche pequeño ..... y así un largo etc.
A nosotras se nos "guía" hacia la docilidad, la flexibilidad, la empatía, la dedicación a la familia, anterponer los deseos y necesidades de los demás a las propias, y como colofón, un señor al lado que nos rescate de la dureza de la vida. Y se convierten en valores en alza, lo que para ellos son a la baja: llorar, temer, dudar, ser madres a tiempo completo, trabajar media jornada, tener un coche pequeño.....
Tener el trabajo ideal, una cuenta correinte saneada, un casa maravillosa, una sólida formación..... son cosas que no tienen género. Amar, odiar, reir, llorar...... tampoco lo tienen. Sería fantástico conseguir escapar de todos estos modelos, y dejárnos guiar sólo por el corazón con independencia de la edad/status del partener. Y aunque en algunas ocasiones se hace, solo ocurre cuando el conjunto creado es considerado estrafalario pero en grado socialmente aceptable; me explico: ÉL te saca 20 años VS ELLA es 20 años menor que tú, el argumento está claro: el amor no tiene edad. Pero qué pasa cuando la diferencia -de edad, de status, de condición- no se ajusta a lo "correcto" o lo "normal"??? Dejaremos escapar la ocasión de ser felices, aunque no sea por siempre jamás, por el qué dirán??? Permitiremos que sean "los otros" -sin tener muy claro quiénes componen ese despiadado grupo- los que decidan qué nos conviene, qué nos va bien, quíen debe querernos y a quién debemos amar???
Si me lo permites, te propongo algo: no preguntes la edad!!! No dejes que te digan su fecha de nacimiento!!! NO hasta que tengas claro si te has enamorado o no. Tal vez así consigas decidir por tí misma y solo para tí: si te hace reír, si te diviertes, si te emocionas,......... por dios, no preguntes la edad!!!
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