Living apart together

Tengo un amigo que asegura que por mucho que dos personas se amen, y por muchos espacios que compartan, hay cosas que no deberían hacerse "a dos" como por ejemplo dormir. Defiende que se trata de un acto tan privado y tan sumamente íntimo que debe ser realizado en soledad: por comodidad, por tranquilidad, por respeto al descanso del otro, por higiene... dicho así, manda al garete la romantica escena de quedarse frita en los brazos del amante, pero argumenta que no se trata de evitar dejarse arrullar por Morfeo junto a la persona amada y que, como excepción, puede ser -y es- muy agradable. Sin embargo mantiene que equiparar pareja con dormir juntos a diario es un error: uno de los dos -o ambos- ocupa más espacio, concilia el sueño antes o más tarde , tiene la fea costumbre de robar el edredón, da más vueltas que tun tiovivo, habla mientras duerme, emite sonidos indescriptibles -todos ellos-, ... en fin, que de manera ocasional está bien, pero que para dormir-dormir -descansar, reponer fuerzas, recargar las pilas-, lo mejor es hacerlo a solas: en camas independientes, en habitaciones separadas, o mejor aún, en casas separadas.

Mi amigo es un claro exponente de lo que los anglosajones, muy dados ellos a bautizarlo todo, han llamado LAT : "Living Apart Together", o lo que hemos conocido toda la vida como "novios eternos", "cada mochuelo a su olivo", "juntos pero no revueltos", o "cada uno en su casa y dios en la de todos". Los estudiosos del asunto, aseguran que los y las practicantes de esta modalidad son personas que en el pasado han mantenido, al menos, una relación -con matrimonio o analogía por el medio- , vamos a decir, tradicional, pero que ahora viven habitualmente de forma impar: su casa, sus manías, sus cositas....., al tiempo que mantienen una relación de pareja con exacta carga de compromiso que las parejas detodalavidadedios, pero que se dedican, única y exclusivamente, tiempos de calidad. Resumiendo: que el túconmigoyocontigo a ratos es una elección del cómo, dónde, cuándo, por qué, y para qué. Así se evitan los malos rollos que pueden durar días y cuyo detonante pudo haber sido algo tan realmente intrascendente como que la famosa tapa del váter haya quedado levantada, o que el maquillaje ha goteado en el lavabo; que la compra la haya hecho yo, por enésima vez, o que siempre hay que ver lo que tú quieres en la tele.
Seguro que hay quien opina que esta tendencia es una expresión más del yo-mi-me-conmigo, que está muy alejada del amor verdadero y del compromiso, que deja fuera vivencias únicas y que no potencia la relación de pareja,-PAREJA, la ver-da-de-ra, porque solo alimenta la parte divertida y apetecible del asunto......, y tal vez estén en lo cierto,. Pero me puede explicar alguien para qué nos unimos a alguien si no es para estar mejor, divertirnos, sentirnos amados, protegidos, escuchados, y así un largo etc? - el etc y todo lo anterior en bidireccional, claro está-. Vale que cualquier relación humana; de amistad o de amor -del tipo que sea-, nos va a poner en situaciones desagradables con más frecuencia de la "deseable",. Y vale que de esas experiencias sacaremos lecturas que nos servirán en el futuro, pero si puedo evitarle a quien se supone que quiero mi silencio hasta el primer café de la mañana, mi costumbre de bajar SIEMPRE la tapa del inodoro, y mi manía de ir dejando botellas de agua mineral por toda la casa combinada con un concepto del orden que es sólo mío, lo evitaré. Que descanses. en mono, o en estéreo:-)