Translate

domingo, 25 de septiembre de 2016

Otra vez?!


Hace algún tiempo que entendí que tener uno o dos días libres, o todas unas vacaciones larguísimas, no significa estar de la ceca a la meca, sin parar, llenando el tiempo de "cosas-que-hacer", si no que, simplemente, el tiempo libre es para usarlo en lo que te hace feliz. Y a veces, puede ser viajar, otras ir a la playa, otras leer, otras escribir, y otras veces, nada de nada; simplemente estar, tiempo para permitir que el día te sorprenda...dejarse llevar. Y hoy he optado por eso, y claro está, ha habido sorpresa: una improvisada comida con una muy querida amiga. Una de esas personas a las que quieres como a tí misma, y con la que discutes con la misma fuerza con la que ríes. El resultado ha sido catártico, absolutamente liberador y tremendamente emocionante y emotivo.
La conversación ha ido por aquí y por allí y por el pasado... El pasado que, como ella dice, siempre vuelve. A veces para molestar, otras para recordarte quién eres  y quién no quieres ser, y otras... otras vuelve para poner patasarriba todos tus planes...
"Todo el  mundo tiene un muerto en su armario" María dixit. Y una historia inacabada, y algo que perdonar, y algo por lo que pedir perdón, ...
Mientras tomábamos café, la música de Coque Malla nos acompañaba de  fondo, hasta que se ha hecho un hueco entre las dos, y hemos terminado cantando a pleno pulmón entre lágrimas de "risión" absolutamente desbocada e incontrolable.

Coque, aunque él no lo sepa, forma parte de nuestro pasado, va y viene, diciendo adiós a papá y clavando su bandera... y  nosotras cantábamos y reíamos, y fantaseábamos sobre cómo sería nuestra vida si en lugar de optar por esto, lo hubiéramos hecho por aquello otro, o por lo de más allá. Y nos preguntábamos si realmente sería posible retomar algo donde lo dejaste, y continuar con ello ahora, un siglo después. Sería como hubiera sido en su momento?, sería tan bueno como lo imaginas? sería un desastre?, habría prosperado?. Pues ni idea!. El caso es que no hay manera de saber a ciencia cierta, porque ya no eres aquella persona, porque no hay tunel del tiempo posible que  te lleve allí otra vez Y  es que, querida mía, o querido, los recuerdos no son fieles a nada, ni a sí mismos. No  son lo que realmente fue (sí, ya se que esto suena, como poco, raro, pero me explico; los recuerdos son fantasías compuestas de algo que sucedió y que después has ido acomodando para que no te hagan daño, o para que sigan siendo dulces, o para tener un lugar al que regresar aunque sea con el pensamiento... así que son entre poco y nada fiables, y por tanto un pésimo e inestable cimiento para edificar nada...  o a lo mejor sí?. Hace unos días me contaban lo que en principio es una historia conmovedora: dos personas que fueron novietes en su adolescencia, esas parejas  que se tienen a la edad del amor del dúodimámico, más o menos, y que sirven de ensayo, también más o menos,   para  la vida adulta (aunque los aprendizajes nunca acaban y te pasas la vida rectificando y ajustando...), el caso es que se han reencontrado tres décadas después  y han retomado su historia, o tal vez han creado una nueva... Se habrán lanzado desde el recuerdo o se habrán re-conocido? No lo se..., le preguntaré a Coque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario